Que  practicar deporte habitualmente nos da réditos muy importantes y beneficiosos, está de sobra estudiado y demostrado. Que es una válvula de escape para nuestros problemas diarios, es un argumento más que utilizado y real. Y que que es una manera de superarte diariamente y de crecer, es algo más que evidente. Todavía recuerdo, uno de los días entrenando, golpeando el saco con la sensación de no poder más. En ese momento me emocioné, y rompí a llorar, pero no por el dolor físico, sino por la emoción, recordando en ese instante las horas y los días que pasé en una cama de hospital, sin saber si iba a poder llegar a donde estaba en ese instante: libre, golpeando el saco, sudando mientras mi corazón latía con fuerza, más vivo que nunca. El deporte ha cambiado mi vida, ha cambiado mi forma de alimentarme, mi forma de entender el ocio, incluso de entender diferentes comportamientos en las personas o situaciones en la vida. Cuando una persona tiene discapacidad no siempre es fácil hacer deporte y eso algo indiscutible. Los miedos al rechazo o la vergüenza de mostrar nuestra realidad a menudo nos supera. Pero la realidad es que en cuanto conseguimos hacer frente a esos miedos, y les plantamos cara, nos sentimos libres, libres de verdad, sin complejos. Con una discapacidad, el practicar deporte te provoca un estado de ánimo extra de felicidad inabarcable. Creo firmemente que todos tenemos derecho a practicar deporte, y por eso la visualización de las personas con discapacidad en los deportes es tan importante. Creo que el acceso al deporte debería ser un derecho universal. Alain