Esto es el punto de inflexión. Un momento complicado de esos que cualquiera alguna vez podemos vivir y en los que nuestros cimientos se tambalean, y todo en lo que creemos parece resquebrajarse. Es el examen más importante que he tenido en mi vida, y yo, tremendamente positivo y peleón, casi lo suspendo, porque perdí mis principios y prioridades. ¿Qué pasa cuando no aprendes la lección y no te enfocas en lo que realmente importa?. Pues que la vida se encarga de enseñarte y lo hace como ella sabe, dándote un bofetón y en el mejor de los casos, poniéndote en el punto de partida. Mis padres me enseñaron a pelear sin concesión y lo he visto reflejado en mis hermanas, ellas son dos leonas, que siempre han estado a mi lado. Mis amigos también me han demostrado lo que es la generosidad y el amor (otros me enseñaron lo que es la dejadez y el desdén, pero como dice Charles Bukowski, no tengo tiempo para cosas sin alma). Hoy sólo quería contaros que mi punto de inflexión y mi examen más importante, fue un Linfoma Difuso de células B, por el que ingresé en urgencias el 11 de octubre de 2019. En aquel momento sé que me transformé, y después lo superé, y volví a ser yo, en esencia, pero con una gran lección aprendida: la vida es para vivirla. A veces vuelvo a mirar esta foto, para darme cuenta de que estoy vivo, y eso es un absoluto privilegio.